viernes, 13 de marzo de 2009

Hola, ya estamos a las puertas de otro fin de semana con lo cual este capítulo será el último de la semana. Ya he empezado a escribir el décimo pero aún hay que pulirlo un poco.
saludos y buen fin de semana.

CAPITULO NUEVE. TURISMO POR LA CIUDAD


Nada más salir a la calle Celia abrió su paraguas y pisó las aceras mojadas con sus zapatillas deportivas. Estaba visto que no iba a hacer muy buen tiempo para visitar la ciudad pero ella y Laia habían quedado a eso de las 11 de la mañana en la Plaza de Aragón frente al McDonalds. La tarde anterior y tras ir a la tienda de muebles que su madre le había recomendado había decidido ir ella sola al hotel de su padre mientras Laia se tomaba la tarde libre, pero como en el hotel no le habían resulto ninguna de sus dudas y para estar más metida en el edificio decidió coger una habitación mientras que Laia seguía en el piso de su madre. Así habían quedado en encontrarse para hacer turismo juntas.
Celia había pensado en no contarle nada a su empleada y despacharla aquella misma mañana en el autocar de regreso a Barcelona para no meterla en problemas, pero al final le dio el pálpito de que podía confiar en ella y le contó todo lo que pretendía hacer. Laia decidió que no iba a dejar sola a Celia y también la ayudaría en su investigación, por eso había ido a la casa del amigo de su padre llamado Mauricio para investigar.
Eran las once y media cuando Laia entró en la cadena de restaurantes de comida rápida y se dirigió al piso de arriba. Allí la estaba esperando Celia con un refresco en su mano.
- Hola- dijo mientras se quitaba el anorak empapado y lo dejaba colgado en el respaldo de la silla.
- ¿Todo bien?
- No he averiguado mucha cosa. Su mujer me ha recibido y me ha dicho que su marido también está desaparecido desde el mismo día que tu padre.
- Vaya, esto se pone interesante.
- Pero no me ha querido contar en que trabajaba su marido y el doctor Cazorla, sólo que hablaban por Internet todas las semanas.
- No mires atrás, pero hay un hombre que no deja de mirarnos de reojo, a entrado al mismo tiempo que tu, creo que te está siguiendo.
Laia se puso algo nerviosa ante tal perspectiva pero no le dijo nada a Celia. Quería parecer valiente.
-¿ y qué hacemos ahora?- dijo Laia en voz mas baja.
- Pues averiguar de qué hablaban mi padre y Mauricio por internet.
- ¿ y como lo vas ha hacer?
- Tengo un amigo que sabe bastante de informática y vive en Zaragoza. Hace mucho que no hablo con él pero no creo que haya problema.
Celia sacó el móvil y marcó la agenda en busca del nombre de Alex Ruiz. Marcó el número y tras una breve charla colgó el auricular.
- Podremos quedar con él mañana por la mañana. Hoy no puede quedar así que no nos queda otro remedio que ir de turismo. ¿ Hiciste ayer turismo?
- Un poco, pero comenzó a llover enseguida. Mira- dijo señalando con la cabeza la ventana de local.- parece que ha parado de llover.
- Tenemos suerte. ¿Tienes hambre?
- No, he desayunado bien en un café al lado de la casa de tus padres.
Ambas salieron a la calle y comenzaron a subir el Paseo Independencia. Detrás de ellas un hombre las seguía muy de cerca.

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